06 marzo 2010


Donde el mar se hace pecado
En mi ternura,
paraísos que llevan tu eco,
eco susurrado para calmar mi tempestad,
tempestad olvidada a orillas de tu playa.
Quiero vivir con la duda de mis noches,
quiero que el día despierte con tu calor,
que el silencio me traiga tu aliento
y mi memoria se llene de tu amor.
En tu ternura,
caricias que endulzan silencios,
silencios que florecen al tacto de mi piel,
piel que abre caminos con tu nombre.
Roba debilidades al desnudarme,
consiénteme amarte para vivir,
que me invada las heridas tu sal
y entre tus brazos volverte a sentir.
En mis sueños,
soledades devastadas por su quietud,
quietud transparente que me enturbia las penas,
penas que desaparecen por quererte.
Suplicando al tiempo retenerte,
que deshaga el viento perfume a añoranza,
que me hagas el amor entre suspiros y ansiedad
y se torne la oscuridad de mi alma maltratada.
En tus sueños,
mil formas de amar,
amar entre sábanas y olor a mi mar,
mar donde tu inquietud se vuelve calma.
Acaríciame hasta el inverso de mis sentidos,
desdibuja verdades sobre mi vientre,
socorre un beso sediento en mis labios
y sabrás donde el mar se hace pecado.

 Mar Sánchez©