07 febrero 2010

Encuentros en la madrugada.



tras la cena, cansada por un día arduo de trabajo y las clases de arte, decidí servirme un licor de orujo y sentarme a esperar que creciera el tiempo... Sabía que llegada la hora él llegaría y tomaría lo que le pertenece y desea. Como cada viernes hacia desde hace más de un mes...

Me duché y preparé para él meticulosamente, mi piel hidratada y sedosa, blanca y tupida, para acariciarla sin tener que rozarla, perfumada con agua de lavanda, aroma tímido y gentil, para cubrir de ingenuidad suspiros inquietos, pasiones calladas y deseos robados... Entre mis piernas vellos desapercibidos de cualquier zona encubierta, invisibles para un tacto homogéneo y uniforme, insonoros ante la alerta de sus manos, delicado tal piel de melocotón... dermis atenta ante cualquier inquietud... Tarea que me excitaba. Me preparaba para el deseado encuentro...